Palabras a mí mismo




Siéntate, querido amigo,
quiero decirte algo importante:
hoy quiero hablarte
desde lo más hondo de mis entrañas,
desde ese lugar recóndito
en donde habita
nuestro Ser más auténtico.
Quiero que sepas que al final del Camino,
cuando ya hayas recorrido toda la senda
y el final de esta vida se acerque
No habrá más...

No habrá más que las preguntas
trasuntadas en respuestas
no aprendidas de grandes libros,
sino de la propia experiencia.

No habrá más que el sabor
de manjares que tú mismo
hayas sabido preparar
al fuego de tus pasiones
cosidas hasta tornarse
más tiernas que la seda,
más nobles que el pan.

No habrá más que los licores
que hayas preparado tú mismo,
con la pulpa de tu Ser
molida por las decepciones,
triturada por los engaños,
convertida en el néctar
de tus ilusiones caídas,
de tus orgullos renunciados,
de tu vanagloria aplastada.

Pero entonces debes saber
que al final de esta travesía,
de este camino incierto
que llamamos nuestra Vida,
no habrá más...

Más que los abrazos dados y recibidos;
más que las palabras dichas desde el Alma;
más que los momentos de alegría compartida,
de tristeza acompañada,
de empeño transformado en logro,
de búsqueda transmutada
en el gozo del encuentro.
No habrá más...

Que gratitud hacia la Vida misma.
Y entonces la Vida
te recibirá nuevamente
en el corazón mismo de sus entrañas,
de donde viniste un día,
para transformarse en ese
que hoy eres
y que se busca a SI MISMO,
que quiere verse nacer
desde el centro mismo
de sus entrañas,
a dónde regresará
para formar parte
del TODO,
del que es sólo
una PORCIÓN SAGRADA.
Por eso ¡DESPIERTA!
que aún eres joven,
que aún tienes tiempo
de encaminar tus pasos,
para que ese tiempo no llegue
antes que te hayas DADO CUENTA
de lo verdaderamente importante,
para que no te extravíes
con espejismos fugaces,
para que no te afanes
con preocupaciones triviales,
para que discerniendo
como en un tamiz,
qué es qué en este caos
que nos rodea dentro y fuera,
puedas descubrir
los sentimientos nobles que te habitan:
EL AMOR,
LA CALIDEZ,
LA COMPASIÓN,
LA BUENA VOLUNTAD,
LA ESPERANZA
Y LA PAZ.
Para que puedas pasar por este mundo
dejando en él una huella
de tu ESENCIA,
esa que te habita antes de esta vida
y que dejarás como un perfume
aún después de haber partido.

A ti te hablo mi AMIGO,
que eres tú
y que soy yo mismo.


(Escribí este poema en ocasión del Día Del Estudiante y de la Juventud, en el año 2010, cuando una profesora del colegio donde me desempeñaba como docente me encomendara un escrito que dejara una enseñanza a los jóvenes. Esto nació de mi. Se los comparto)

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