Abandonada por las musas.


Estoy abandonada por las musas.
¿será posible?
¿O será que la pereza se ha apoderado de mi alma?
O quizás sea que la rutina se ha quedado cómodamente a mi lado.
O más bien, quizás,
sea que acaso
una leve alegría me ha llevado
a olvidar que es en el dolor
donde he perfilado mis mejores trazos.
¿Será que el poeta que habita en cada uno
no quiere soltarse de la angustia
para no dejarse perecer?
O acaso sea que para evitar la angustia
me distraigo creyendo...solo eso.
Las musas han venido,
aquí están,
sentadas junto a mi silla,
rondando en mi derredor
y acaso sea porque en la soledad
y en el disgusto
y en la tediosa monotonía
de un domingo que debiera ser festivo
me encuentro conmigo,
aquí,
tecleando
unas palabras al viento
que no habrá de llevárselas.
Porque para ello han venido,
para dejar que la escritura
haga nudo en esta desnudez del alma
que cada tanto acontece.